NI LA LLUVIA NI EL VIENTO CONSIGUEN PARARNOS
Mechones Solidarios llega, por primera vez, a Sant Adrià del Besòs con la finalidad de apadrinar una peluca con el pelo y los beneficios recogidos.
Hoy, Sábado 7 de Abril, nublado y lluvioso, decido sentarme en un banco de la Plaza
de la Vila mientras los organizadores comienzan a decorar mesas y sillas de
color rosa, ante una jornada incierta que posiblemente les lleve a anular el evento por las lluvias intermitentes y la velocidad del viento. A menos de 10 minutos de la presentación unes gotas feroces deciden mojar toda la mesa y correr para cubrirse a las mujeres que empiezan a sentarse en las sillas para cortarse la coleta.
Equipo solidario de organizadores y Ricky, el presentador. |
A les 11 pasadas, la desilusión acapara sus rostros ante
la cancelación de la primera actuación. De golpe, el cielo parece amainar y la
plaza empieza a llenarse y una cola enorme de cabelleras acelera el trabajo de los
peluqueros. Romi, delegada de la Asociación Mechones Solidarios, da las gracias
por participar en los diversos sorteos de camisetas deportivas y descuentos a los
comercios locales. También explica a los asistentes que se encuentra realmente
emocionada por la acogida y la posibilidad de confeccionar unas 40 pelucas
mensuales por toda España.
Entre los participantes está Noelia Jiménez, la mujer más valiente que podremos conocer nunca, ha subido al escenario para hacer pública su promesa: “En todos los actos solidarios me raparé al cero, por todas las que se quedaron por el camino”. Pocos minutos después, observo con la piel de gallina como Yajaira Canales está sentado al escenario a punto de batir el récord cortándose 62 centímetros de pelo. Yajaira, que llevaba once años sin cortarse el pelo, ha decidido que la mejor manera de perderlo era haciéndoselo ganar a una persona adulta o a un niño que la necesita para poder encarar con una sonrisa su tratamiento para combatir el cáncer o su enfermedad genética, en el caso de padecer alopecia universal.
“El pelo crece, el cáncer mata” dice Ricky, orgulloso de
presentar este acto y de conocer a Pili, organizadora y propietaria de la Peluquería
Launay. “Después de la primera vez va la segunda, y después no hay dos sin
tres” le repite continuamente. El alcalde de la ciudad que ha venido con dos regidoras,
reafirma lo que dice Ricky e invita a la Peluquería Launay a rehacer el acto el
año que viene.
Consigo hablar con Pili, que avergonzada y emocionada a
la vez, me explica con los ojos llorosos que ella quería hacer una jornada solidaria
en su peluquería, pero que a su hija y a su sobrina “les das una mano y
cogen el brazo”.
Han conseguido movilizar sin ningún ánimo de lucro a comercios locales, artistas
e, incluso, equipos de fútbol y baloncesto de primera categoría. Durante una
conversación de cinco minutos, más de tres clientas habituales se paran y, hablando
con una de ellas, avanza y se difumina entre la multitud.
A medida que avanzan las horas, se pueden ver más y más
billetes dentro de la urna, mientras que las cajas de los sorteos se van
llenando. Entre castillo y castillo los aplausos resuenan por encima de la
batucada con las manos llenas de pulseras rosas, cortes de pelo y cambios de
imagen radicales, que van llenando cajas y cajas con más de 50 coletas, con les
que se espera poder confeccionar más de una peluca.
“Por fin alguien se ha decidido a hacerlo” es la frase
más repetida entre los asistentes, que se acercan a felicitar a los organizadores,
asistentes que no paran de aumentar a medida que llega el mediodía.
Los peluqueros locales se escapan de sus negocios para
poder ser partícipes en esta causa solidaria. Se les ve cruzar la plaza
sonrientes con grandes cajas y envoltorios de papel de periódico en las manos
donde llevan desde quilos de pelo hasta trenzas cortadas hace veinte años para
entregarlas a Romi, aprovechando así para conocer a esta pequeña asociación
malagueña.
Horas después, todo lo que se pensaba que no empezaría se
está acabando, las calles empiezan a despedir a la gente que llenaba la plaza
del Ayuntamiento. Por un momento, los organizadores pueden sentarse a reflexionar
sobre todo lo que han movilizado con este acto y así, coger fuerzas para acabar
la tarde y anunciar los recuentos finales.
Laura Valverde Tierno.